Origen y Evolución
Debido a la especial configuración del terreno escocés,
a lo largo de la historia se han producido distintos aislamientos en lo que a razas caninas se refiere. El nombre que recibiera
podía deberse al área de origen, a la labor que desempeñara o, incluso, al de su propietario, pero todos se unificaron con
el nombre de Terrier Escocés.
La revolución industrial fue determinante en la expansión
y fijación de esta raza. Los escoceses que trasladaron su domicilio a Inglaterra, en concreto al condado de Yorkshire, llevaron
consigo a sus perros, cuya principal función era cazar ratas, muy abundantes en las zonas industriales en aquella época.
Las razas que más influyeron en la formación del actual
Yorkshire Terrier fueron el Clydesdale Terrier y el Paisley Terrier, cruzados con el Skye. Aunque éstos desaparecieron, sus
estándares fueron redactados, por lo que se puede deducir la ascendencia del Yorkshire Terrier.
El primer Yorkshire inscrito en el libro de cría fue
«Albert», propiedad del señor Peter Eden, y cuyos rasgos más importantes eran su manto sedoso y azul, muy dorado en la cabeza
y patas y con un gran mechón de pelo sobre la cabeza y los ojos. Su propietario fue quien fijó las características de este
tipo de perro.
En 1865 nació el que es considerado padre de la raza,
«Huddersfiel Ben», cuyo propietario fue el señor Eastwood, quien buscaba un tipo de perro de compañía, es decir, de reducido
tamaño, con el pelaje largo y sedoso; de ahí que este ejemplar pesara seis kilogramos. Este perro obtuvo 74 premios; tan popular
llegó a ser, que en 1871, cuando murió, fue naturalizado.
Aunque el Yorkshire Terrier fue reconocido como raza
por el Kennel Club en 1886, el primer estándar no se redactó hasta 1898; en 1950 sufrió alguna transformación y la polémica
acerca del tamaño todavía está presente.
Esta circunstancia no ha impedido que el Yorkshire Terrier
se haya convertido en el perro de compañía por excelencia, predilecto en multitud de países, de donde ha desbancado a razas
autóctonas.
Descripción del Yorkshire Terrier
La apariencia general del Yorkshire Terrier debe ser
la de un Terrier enano de pelo largo, con la capa colgando lisa y uniforme a cada lado del cuerpo, partida con una raya que
se extiende desde la trufa hasta la punta del rabo. El animal deber ser compacto, gallardo, de porte enhiesto. El perfil general
debe proporcionar la impresión de poseer un cuerpo vigoroso y bien proporcionado.
La cabeza es agradable a la vista, debe ser armoniosa
y proporcionada con respecto al cuerpo del perro; el cráneo no debe ser redondeado; el hocico no es nada deseable largo, pero
tampoco demasiado corto; los ojos deben ser oscuros, con el borde de los párpados muy pigmentado, ligeramente almendrados
y no prominentes; las orejas deben ser pequeñas, erectas, en forma de uve invertida y de inserción no muy separada; el pelo
que las bordea debe ser cortado sobre su tercio superior. En el Yorkshire no hay distintas tallas, sólo se especifica que
el peso máximo debe ser de 3,175 kilogramos (7 libras). El ideal se encuentra entre 2 y 2,5 kilogramos, tanto para machos
como para hembras. La cola es el reflejo de la línea dorsal; se eleva ligeramente sobre la línea del dorso, preferentemente
90 grados; se corta a los pocos días del nacimiento. Las extremidades delanteras deben ser rectas; una mala implantación de
los miembros anteriores provocará una posición defectuosa de los pies. Las extremidades posteriores tienen una angulación
muy marcada, lo que se aprecia, sobre todo, al andar.
Sólo existe una variedad de color con distintas intensidades.
Debe ser azul metálico oscuro en el cuerpo y dorado oscuro en cabeza, pecho y patas. De textura sedosa y brillante; el pelo
debe tener suficiente calibre para que caiga a ambos lados del cuerpo con un peso adecuado para que no se ondule, rice o quede
con aspecto algodonoso.
Carácter
Perro pequeño pero con mucho carácter, tanto que si el
dueño lo malcría puede convertirse en una auténtica pesadilla para todo aquel que le rodee. Es muy importante que reciba un
adiestramiento que establezca pautas de conducta y normas de convivencia. La mala reputación de su carácter procede del hecho
de que sus dueños no han sabido tratarlo como lo que es, un perro. De carácter testarudo, no precisa más que insistir en los
aspectos de su adiestramiento. Es osado y no tiene miedo a enfrentarse a perros que le superen con mucho en talla.