La acumulación de suciedad en los oídos del perro puede provocar otitis
y otras enfermedades óticas. Por eso, al menos una vez al mes, es necesario proceder a su limpieza. Para ello se comienza
limpiando el exterior con un paño húmedo, sobre todo en el caso de orejas largas y caídas, para después revisar el interior
de las mismas. El conducto auditivo se limpiará sólo por su parte externa, con suavidad, con agua oxigenada rebajada en agua
o con un producto específico aconsejado por el veterinario. También son útiles las toallitas de bebé impregnadas de aceite
suave, siempre sin introducirlas demasiado profundo; por lo mismo, nunca se usarán bastoncitos ni otros objetos.
El conocimiento de porqué los perros tienen una predisposición tan grande a los problemas en los oídos es la mejor manera
de conseguir su solución.
Mantener limpios los oídos de los perros es una simple acción que puede prevenir problemas mayores.
¿Por qué son tan vulnerables?La anatomía del conducto auditivo de los perros facilita el problema. Este conducto es más ancho
en la zona externa y reduce su tamaño hacia el interior a medida que nos acercamos al tímpano. La presencia de un canal vertical
y posteriormente de un canal horizontal dificulta la limpieza.
El oído es un lugar oscuro, cálido, húmedo y con poca ventilación. Además en muchos casos existe una producción excesiva de
secreción (cera) secundaria a la irritación o inflamación presentes.
¿Por qué se producen otitis?Las causas primarias de otitis son las alergias, los parásitos (ácaros), cuerpos extraños (espigas),
exceso de pelo en el canal (muy frecuente en razas como los Caniches o los Schnauzers), malformaciones anatómicas o trastornos
hormonales. · Posteriormente actúan otras causas que perpetúan las otitis. Actúan de esta manera las infecciones con bacterias
o con levaduras (Mallasezias). · Las bacterias son habitantes normales de los oídos de los perros. Sin embargo en determinadas
situaciones el oído se vuelve un lugar extraordinariamente ideal para su multiplicación y ese exceso produce la infección.
Las bacterias más habituales son Staphilococus y Pseudomona auroginosa. · La mayoría de las causas actúan en el oído externo
(que lo forman el pabellón auditivo, el canal vertical y el canal horizontal).
¿Qué les pasa a los perros?Los signos que nos permiten detectar el problema son la insistencia en rascarse alrededor de las
orejas, frotar los oídos por el suelo o contra los muebles y, por último, las sacudidas frenéticas de la cabeza. · Si la inflamación
es más grave e invade el oído medio aparecen signos de alteración del equilibrio como el dar vueltas en círculo, el torcer
la cabeza hacia el lado del oído afectado, la perdida del equilibrio o el movimiento anormal de los globos oculares (nistagmus).
· En algunas razas (en el cocker es muy frecuente) después de tener una otitis se produce un engrosamiento y estrechamiento
del canal. · En algunos animales debido al traumatismo continuado se produce un acúmulo de sangre en el pabellón auricular.
Esto recibe el nombre de otohematoma y es debido a la rotura de pequeños vasos. · Cuando se produce un otohematoma no debe
hacer nada si su tamaño no es importante. Si su tamaño es grande la realización de cirugías simples con el perro anestesiado
o sedado son suficientes para solucionarlo
¿Cómo se diagnostican las otitis?La mayoría de casos el diagnóstico se realiza con mediante el siguiente abordaje clínico:
valorar los signos clínicos - mirar el oído con un otoscopio - realizar una citología de las secreciones. En casos crónicos
se pueden realizar otras pruebas complementarias como raspados, cultivos, biopsias o radiografías
¿Cómo se tratan las otitis?Siempre se debe tratar la otitis, si no se realiza vuelve a reaparecer el problema.
· Los tratamientos son largos, normalmente de 21 a 30 días, y pueden ser tópicos (gotas dentro del oído) o orales dependiendo
del caso
· Se deben limpiar los oídos una o dos veces a la semana con gasas húmedas o con limpiadores óticos.
· Es preferible no utilizar los "palitos de las orejas" porque muchas veces sólo impedimos la salida correcta de las secreciones
· A veces hay que sedar o anestesiar al perro para hacer limpiezas más complejas.
· Las otitis crónicas con infecciones purulentas deben limpiarse correctamente y, además, hay que tratar la causa primaria.
· Si no responden al tratamiento convencional, alguna vez hay que realizar ciertas intervenciones quirúrgicas, por ejemplo,
abrir el conducto vertical (llamada técnica de Zepp) o la ablación (eliminación) de todo el conducto auditivo.
· Con las quirúrgicas se busca la mejora de la calidad de vida del perro, muchas veces se obtiene la curación completa y,
en otros casos, mejora la ventilación y la limpieza del oído.
· Las técnicas más agresivas se utilizan en los casos que existe un estrechamiento del canal o incluso una calcificación del
mismo.
· Los antiinflamatorios orales (como la prednisona) pueden mejorar y facilitar el tratamiento junto con limpiezas locales.
· La Pseudomona auroginosa es muy problemática porque es una bacteria muy resistente que produce otitis muy graves, recurrentes
y con muy mal olor. Hay que ser muy agresivos en su tratamiento, muchas veces hay utilizar antibióticos orales o locales como
la enrofloxacina.
· Otra otitis muy típica en cachorros es la producida por los ácaros del oído (Otodectes cynotis). Se contagia de forma rápida
entre perros a través de la cera y de las secreciones del oído. Su tratamiento se realiza con gotas tópicas aunque, si es
posible, es mejor la utilización de la ivermectina inyectable (no se debe utilizar en Collies, Shetlands, Pastores australianos,
Bobtails o, en general, en todos los perros con "patas blancas").
· Las limpiezas de los oídos preparan el camino y aumentan la eficacia del tratamiento posterior, sea local o sistémico.
· No hay que arrancar los pelos que crecen en el oído porque aún inflama más.
· Antes de colocar las gotas óticas de tratamiento, primero se debe limpiar el oído para sacar el exceso de secreciones y
después de poner las gotas hay que extender el producto mediante fricciones externas del canal auditivo.
· Es muy importante poner poca cantidad de producto. No por mucha cantidad mejora la eficacia.
NOTAS La limpieza del oído es muy importante. Las infecciones con gran producción de secreción son frecuentes. Los perros
con orejas caídas necesitan más cuidados.
Una rutina semanal de limpieza puede evitarles a los perros la dolorosa presencia de una otitis.
Quienes han sufrido de dolor de oídos saben lo insoportable que éste puede ser. Para los perros es lo mismo.
Un oído sano es característico: el conducto auditivo se ve de un rosado pálido (su color normal), no expele mal olor y el
animal no sacude la cabeza ni se rasca la oreja con la pata de forma frecuente.
Porque éstas son las manifestaciones clínicas que denunciarían un posible problema en los oídos, explica el médico veterinario
de la Clínica Veterinaria Alemana, de la Universidad Mayor, doctor Pablo Contreras.
Las patologías más frecuentes son las que afectan al conducto externo del oído, que pueden ser causadas por bacterias, ácaros
y hongos (levadura). Esta última (Malaseezia pachydermatis) puede ser un habitante normal del conducto auditivo que por cambios
de temperatura o de humedad, muchas veces originado en un baño sin protección en los oídos, se convierte en un agente patógeno.
Los ácaros (Otodectes cynotis), en tanto, viven en el conducto auditivo y normalmente la madre se los pega al cachorro durante
la lactancia. Su presencia se caracteriza porque aparecen escamas de color café en el oído y el perro se rasca y sacude la
cabeza con intensidad.
Otra causa frecuente de otitis es la presencia de cuerpos extraños en el conducto, como espigas, pastos, arena, etc. También
predisponen a esta enfermedad las orejas pendulosas (como las de los cocker y basset hound), un conducto auditivo demasiado
estrecho e irregular que no permite una buena ventilación, así como el crecimiento de pelo dentro del canal, pólipos y tumores.
Además, enfermedades endocrinas (hipotiroidismo), autoinmunes (pénfigo), seborrea, hipersensibilidad (alergia alimentaria)
también influyen en la aparición de esta inflamación del conducto auditivo.
Evitar todo lo anterior es simple. Basta con mantener el aseo de esa zona, usando una gasa o algodón empapados en vaselina,
con los que se retira el cerumen.
Además, cada vez que el perro es bañado se debe tomar la precaución de ponerle una mota de algodón en el oído que eviten que
el conducto externo se humedezca. Esta rutina se puede hacer una o dos veces a la semana.
Si esto se olvida y aparecen signos de una otitis, entonces conviene llevarlo a un médico veterinario, que dispondrá de la
terapia más indicada según el tipo de infección que la mascota tenga. Si no se hace un buen tratamiento, la otitis se vuelve
recidivante, es decir, vuelve en forma permanente y finalmente se convierte en crónica.
Terapia quirúrgica
Esa inflamación constante genera una disminución del diámetro del conducto auditivo, lo que deriva en que las paredes aumenten
su grosor y se endurezcan. Ahí el tratamiento necesario es una cirugía, que no asegurará el restablecimiento de la audición
al animal.
Lo más grave es que esa infección en el conducto externo puede comprometer el oído medio de la mascota, afectando la audición
y también el equilibrio. Entonces, tendrá un dolor crónico, problemas para pararse y va a tender a caminar con la cabeza inclinada
hacia el lado que tiene la lesión, advierte el doctor Contreras.
Las infecciones que pueden causar todo este malestar son más frecuentes en primavera y verano, sobre todo cuando se secan
los pastos y las espigas hacen su aparición. Por eso lo mejor es mantener aseados los oídos de la mascota y evitarle todas
estas dolorosas molestias.
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